domingo, 21 de septiembre de 2025

Corazón caminante

El corazón despierta temprano 
antes de que el sol toque los senderos
ya asciende hacia la cima
con sus arterias tensas
y el pulso débil 
se adentra en la naturaleza 

"¿Qué es toda esta niebla?" - preguntan las rocas, desde el arroyo que las amolda.
"Es ese viajero que avanza entre nosotros" - responden los pájaros, ocultándose en sus nidos
"De él brota esta capa de neblina, lo cubre todo con frío y nos ciega" - se quejan las ranas, saltando hacia el barro
"Conozco su sangre, no es la primera vez que pisa estas tierras" - murmuran las espinas, aún manchadas de memoria. 
"¿Acaso quiere romper todo a nuestro alrededor? ¡Hagan que se vaya! Arruina todo lo que deja atrás" - gritan los caballos, golpeando la tierra.

Pero al corazón nada lo asusta
solo piensa en su cima y sigue
aunque se desangre en el camino
no se percata de la bruma que deja tras sus pasos
nada ve 
nada siente

El camino se vuelve difícil
las pendientes endurecen su latir
las caídas amenazan con arrastrarlo
el aire se vuelve espeso
ni siquiera el sol logra penetrar en su negrura

Todo animal desaparece 
el monte se humedece
y de repente
todo el paisaje se apaga
encantado de la más fría tristeza 

Ningún canto se oye
nadie se atreve a ingresar al sendero
solitario y meditabundo 
avanza el corazón 
cada vez más alto

Las horas caen
al fin llega
la cima abre su ojo: la ventana lo espera
se desangra por completo al verla
acaso no hay reflejo para él 
ni compañía alguna
solo un impenetrable velo
que ahoga su agonía 

Permanece contemplando a través de ella
se disuelve su forma
se resquebrajan sus egos 
y llora como nunca antes lloró
porque todo lo perdió 
y esta ausencia que le devuelve la mirada
solo hace aún más insoportable su dolor...

Hasta que se rompe
y por esa grieta
lo iluminan

"¿Sienten esa brisa? Está volviendo la luz" - comenta el espinillo, que danza aliviado feliz de estar de nuevo vivo. 
"!Si! Siento el calor" - responde el arroyo, que se deja caer y se convierte en cascada. 
"¿Dónde está quien subía?" - se pregunta el cóndor, surcando los aires con sus grandes alas. 
"Ahí va, lo veo cerca del precipicio. Hay algo diferente en él. ¡Está vivo!" - dice el perro, que salta entre las piedras y acaricia con su ternura.

Todos se preguntan por el cambio
nadie entiende
cómo desapareció la niebla 
ni por qué volvió la luz

Hasta que una voz tronadora surge entre las venas de la montaña: 
"Fue mi poder el que transformó al corazón sufriente, es a través de mí que atravesó y ahora toda tristeza ha terminado. Es un ser nuevo el que camina entre ustedes, abran paso, es parte de nosotros"

Los árboles abrazan su resplandor
los pájaros le cantan sus melodías 
el agua purifica su sangre
que se pierde en los confines del amor
de la contemplación
de la salvación. 

Y es así que en el eco de la montaña 
por primera vez 
se escucha
el latir de mi corazón 

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